Modelo pedagógico
La persona en el centro
El Proyecto Educativo de la Compañía de María sitúa al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje para favorecer su desarrollo personal y académico. Tiene en cuenta las características y necesidades educativamente singulares de cada alumno, por lo que favorece la creación de ambientes inclusivos donde se propician procesos de personalización y socialización.
El estudiante es considerado un ser único e irrepetible, original en su singularidad, con identidad propia, capaz de ejercer su libertad y de ser progresivamente responsable de su propio crecimiento y progreso. Este enfoque singularizado tiene como objetivo principal ofrecer una formación integral que contribuya al desarrollo de todas sus potencialidades y ayude a atender sus necesidades.
En nuestro colegio, promovemos un estilo educativo personalizador, que reconoce y valora la singularidad de cada estudiante, fomentando su desarrollo integral y pleno.
Este modelo:
- Hace del estudiante el protagonista del aprendizaje, mientras el docente actúa como guía y acompañante.
- Impulsa un aprendizaje activo, reflexivo y significativo, tanto individual como grupal.
- Valora el conocimiento como una herramienta clave para formar personas con criterio, valores y sentido de vida.
Se basa en cinco pilares fundamentales:
- Integrador y abierto: Aceptamos y valoramos las diferencias, promoviendo una convivencia respetuosa y enriquecedora.
- Reflexivo y crítico: Fomentamos la conciencia personal, el pensamiento crítico y una visión profunda de la realidad.
- Singularizado y convivencial: Acogemos a cada estudiante como único, fortaleciendo su autonomía e identidad, sin perder de vista el valor del compañerismo, la amistad y la buena convivencia.
- Operante y creador: Estimulamos la creatividad, el trabajo bien hecho y la iniciativa en todos los ámbitos: académico, artístico, tecnológico y familiar.
- Exigente y gozoso: Promovemos el esfuerzo con alegría, el autocontrol, la disciplina y el crecimiento personal con optimismo y esperanza.
Este estilo educativo busca formar personas íntegras, comprometidas con su entorno y capaces de construir una vida con sentido.